
A Charles-Pierre Baudelaire (9 de abril de 1821-31 de agosto
de 1867), al cumplirse 185 años de su nacimiento.
Traspasar los umbrales del tiempo. Permanecer, concatenar las atenciones y el recuerdo de los amados, tanto en vida como después de la muerte.
*A la montaña he subido, satisfecho el corazón.
En su amplitud, desde allí, puede verse la ciudad:
un purgatorio, un infierno, burdel, hospital, prisión.
Este aniversario quiero que sea distinto.
*… Florece como una flor allí toda enormidad.
Tú ya sabes, ¡oh Satán, patrón de mi alma afligida,
que yo no subí a verter lágrimas de vanidad…
Mucho tiempo hace que nos dejó, pero su huella acompaña mis pasos de lectora enamorada. Marca un camino siempre renovado, en el que cada rincón huele a nuevo, a viejo. Ora con un sol que quema hasta la piel mulata de su amante, ora con el frío paralizante de su cuerpo inerte por las tortas del opio, del hachís o del alcohol que alimenta su alma y desgasta su cuerpo. Sigue leyendo «El poeta maldito»
