
Por alguna razón que nadie conoce
la naturaleza castiga a los niños
haciéndoles crecer.
(Anónimo)
Tres mil trescientos años después de su despegue, aquella nave seguía ruta. El destino miles de veces buscado, un sistema de red planetario que debería haber sido encontrado al primer intento, seguía sin aparecer. Es por ello que la nave, antes de ser interceptada, nunca se detuvo.
La cuarta sala de criogenización había entrado en la última fase antes de su apertura. Nadie más sobrevivió. En medio de una nube de vapor condensado, provocada por la diferencia de temperatura, abrió los ojos. Torpe en movimientos, alargó su delgada mano para alcanzar el intercomunicador. Sigue leyendo «Al despertar»

